Mecanismo de Antikythera
Nuevas actualizaciones pendientes. Recordar mañana. Uso de memoria alto. Forzar salida.
Cuando los objetos nos advierten del colapso inminente o de su propia obsolescencia, elegimos ignorar o proceder. En el primer caso, no es seguro que sucedan la ruina y la decrepitud, también está la posibilidad de una sobrevida con años a media máquina. En el segundo caso, pues simplemente continuamos alimentando la rueda del consumo.
La computadora en que escribo estas palabras funciona lento. Si la actualizo, su propia estructura que no está preparada para tanta novedad la hará funcionar más lento. Tengo la ilusión de que mis cuidados van a contrarrestar esta programación para la muerte: orden permanente de archivos y programas, eliminación de todo lo que no uso, una austeridad que va in crescendo a medida que el tiempo pasa y todo lo que se enchufa se va volviendo incompatible a fuerza de actualizaciones.
Me pregunto cuán elevado es el precio que pago si la velocidad de mi pensamiento no es acompañada. No obstante, las eventuales pausas nunca han sido infértiles: cuántas miradas por encima de la pantalla me regalaron un copo de algodón entrando por la ventana, o una ropa tendida en la terraza vecina coreografiando al viento.
Ayer uno de los hombres de seguridad del edificio me confesó que lo había interrumpido con mi llegada en su hora poética. Escribe a la hora en que el tráfico en el edificio empieza a ralear, momento en que el sueño también amenaza. Cuando le pregunté si hacía algo con sus escritos me dijo que los guardaba en una valija con candado, y en la computadora con código. Nadie ve sus poemas, así él los llamó.
Pausa en la vida. Pausa en el mundo para descubrir que esta pausa es vida y es mundo también, que el amor fati no puede tener preferencias, que eventualmente esta computadora morirá y yo habré tomado los recaudos para que lo que me importa no se pierda... Aun así la tragedia es factible. Puedo perderlo todo.
En ese caso no quiero ser como esta computadora, que demanda actualizaciones y las regurgita por falta de estructura. Amor fati entonces para conseguir una nueva máquina o volver al papel.
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