Cloud Gate, de Anish Kapoor
¿Me gustás vos o la imagen que invento de vos? Porque ni la manera en que te acercás, ni las palabras que decís, ni tu actitud con el mundo hacen pensar que existan los mínimos indicios de que esa forma tuya que yo adivino (invento) sea verdaderamente tu forma.
Eso, sin embargo, no impide la recreación mental. Aprendí que la fantasía siempre reluce mientras permanece en el terreno imaginario; una vez sacada a la calle entre los transeúntes, puede opacarse por completo o por el contrario resplandecer con más fuerza. Pero no se sabe de antemano, es un riesgo en que se cae o se elige asumir.
Otra pregunta: ¿me gustás vos, o me gusto yo cuando estoy en tu compañía? La puesta en escena que monto cuando estamos juntos es de las que más me agradan, si bien no deja de ser uno de mis escenarios posibles. Me resulta muy naíf pensar en que uno es de una forma y puede ser igual en presencia de otros, y me parece que en parte eso constituye el encanto de los diversos encuentros, que nos permiten usar otros accesorios.
Cuando no somos correspondidos, lo que perdemos es la oportunidad de actuar bajo el embrujo del otro, en esa mise en scène particular que se crea en su presencia. Aprecio el reflejo que me devuelve tu compañía, lo sumo a ese patchwork de percepciones sobre mí formado por todos los encuentros sociales. Gustar de otro puede convertirse en conocerse a través de otro, si existe una voluntad de autoestudio.
